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News | Washington Commanders - Commanders.com

Honor y responsabilidad: Juan Romero y Moisés Linares, estadounidenses de origen salvadoreño, nos cuentan sobre su papel como narradores de los Commanders 

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El mensaje de Moisés Linares me llegó el día antes de la final de la pretemporada de Washington contra Cincinnati. 

"¿Quieres hacer la entrevista mientras almorzamos? Así puedes conocer un poco más de mi cultura," escribió. 

El lugar al que fuimos se llama Atlacatl, un restaurante familiar, ubicado en un local sencillo en Arlington, Virginia, y es salvadoreño. Una bandera blanca y azul les da la bienvenida a los clientes en la puerta, y el menú tiene una sección dedicada exclusivamente a distintas opciones de pupusas. Es en ese lugar, entre bocados de yuca y sorbos de café, que Linares repasa el trayecto hasta donde se encuentra hoy, como narrador de radio de los Commanders. 

Muchos elementos de esta historia fueron compartidos por su colega y compañero de trabajo, el estadounidense salvadoreño Juan Romero. Los padres de ambos dejaron El Salvador buscando un futuro mejor. Linares y Romero crecieron enfrentando el desafío de combinar un hogar en el que se habla español con una vida escolar en la que se habla inglés. Los dos se enamoraron de los deportes desde muy jóvenes, y encontraron allí una forma de conectarse con la sociedad que los rodeaba. El niño de Los Ángeles y el niño de Tacoma Park, Maryland, ahora están viviendo el sueño de narrar los juegos de su equipo local de la NFL en un área que tiene más población salvadoreña que ninguna otra zona del país.

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El equipo local de la NFL de Romero también es el equipo que siguió toda su vida. Como es el único entre sus hermanos que nació en Estados Unidos, tiene una relación con su herencia salvadoreña que floreció en circunstancias muy específicas. 

"Mi familia es de Intipuca, y, para dar un poco más de contexto, esa ciudad es famosa porque muchas personas de allí emigran aquí a la zona [DMV, o Área metropolitana de Washington D.C.]," declara Romero. 

Y no es solo algo que se dice, es un hecho comprobado. Como bien ilustró una nota de 2018 de AP News, "En Intipuca, emigrar a Estados Unidos, en particular a Washington, D.C., ha sido una forma de vida por 50 años. Ir al D.C. es un hecho que está arraigado en los hábitos, creencias y costumbres de la comunidad. La mitad de la población del pueblo se encuentra allí…". 

Esa presencia única de la comunidad salvadoreña no fue tal para el joven Linares, que se crio a 3,000 millas de distancia. Recién cuando creció sintió la necesidad de involucrarse más con su origen étnico y cultural. 

"Nosotros [Moisés y sus hermanos] comenzamos a comprender que no sólo éramos estadounidenses, porque era común que nos hicieran la clásica pregunta: ¿De dónde eres? No, ¿de dónde eres realmente?," nos cuenta Linares. "A medida que crecía, comencé a apreciar el origen de mi familia, de dónde venían y los sacrificios que habían hecho para que yo tuviera una educación y mejores oportunidades." 

Como muchas otras personas que son la primera generación de estadounidenses de sus familias, el gran tema de la infancia de Romero y Linares fue el ir y venir entre dos culturas. Esa realidad les trajo una riqueza muy profunda. Los dos fueron completamente bilingües a una edad muy temprana, y disfrutaron la alegría de estar inmersos en valores centrados en la familia, el trabajo y la pasión por los deportes.

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Sin embargo, esa crianza también incluía ciertos desafíos particulares. Durante los primeros meses de vida de Romero, cuando era un bebé, por ejemplo, su padre iba y venía entre El Salvador y Estados Unidos. 

"El venía aquí, hacía algo de dinero, volvía. Ya fuera por decisión propia o no," nos cuenta Romero. 

El padre de Romero trabajaba en restaurantes. Su mamá trabajaba en limpieza. La mamá de Linares y sus hermanos dejaron El Salvador a comienzos de los años ochenta, durante la guerra civil, y viajaron en una travesía ardua entre Guatemala y México para llegar a L.A. Su mamá, que crio a Moisés y a la mayoría de sus hermanos sola, también trabajaba en restaurantes y en food-trucks

"Esa voluntad inquebrantable es algo que tomé de ella, y lo vi y dije, 'Bueno, si hiciste eso, yo voy a hacer que estés orgullosa de mí,'" relata Linares. "Pensé: no puedo desperdiciar esta oportunidad. Tengo que aprovecharla." 

La primera vez que se cruzaron los caminos de Linares y Romero fue en la estación de radio en español "El Zol", donde Romero trabajaba como productor y Linares había trabajado en el aire para las transmisiones de D.C. United. La decisión de comenzar una transmisión de radio oficial en español para el fútbol americano de Washington vino de parte de la empresa relacionada con El Zol en el camino a la temporada 2018 de la NFL. Linares, que ya se había establecido como la voz principal en español de los deportes en DMV, era la elección obvia para estar al aire en la emisión de radio. 

Romero, por otro lado, no tenía ese tipo de experiencia. Sabía de radio, sin embargo, y además —dato clave— era fanático de toda la vida de los Commanders. Un dato que, para cualquiera que hubiera trabajado más o menos cerca de él en El Zol, era imposible no saber. 

"Era de lo único que hablaba. Mi oficina estaba repleta de material de Washington," cuenta riéndose. "Para mí, yo hubiera estado contentísimo solo produciendo y preocupándome por el detrás de escena, pero después llegó la oportunidad de estar en el aire, analizando y comentando sobre el partido, y para mí eso fue algo increíble."

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Y así fue como se estableció la colaboración Romero-Linares, una dupla que desde entonces no se separó. El año 2023 marcó su sexta temporada como presentadores oficiales en idioma español de los Commanders. Desde el comienzo, los dos buscaron brindarle a sus oyentes en español un producto que es tanto entretenido como informativo, con un extra de familiaridad, siempre presente en sus transmisiones. 

"Hay que explicar el juego un poco más en profundidad si alguien está escuchándolo en la radio, especialmente si esa persona habla español, o quizás es nuevo en el país y simplemente no comprende el juego. Entonces, de alguna manera tenemos que ser un poco como profesores, pero a la vez lo hacemos entretenido e interactivo con las llamadas," dijo Romero. "Creo que Moisés hace un trabajo fabuloso sumando un poco del estilo de nuestro fútbol, del soccer, a nuestras transmisiones cuando grita los touchdowns o cuando hay alguna jugada emocionante." 

Su trabajo se ve potenciado por el hecho de que comparten una profunda amistad. Linares describe a Romero como a alguien que "respeta muchísimo" y habla de su relación como "una hermandad." 

"Las bromas y conversaciones que tenemos durante el show son bastante parecidas a cómo hablamos en vivo, fuera del micrófono," agrega Romero.

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Adoran esforzarse para mejorar su trabajo, juego a juego, y ser la voz de los momentos especiales del equipo vino y dorado para todos los fanáticos (¡escuchen la emoción de Linares describiendo este touchdown de Heinicke con una tremenda zambullida al pilón!).

"No hay nada como gritar un touchdown… creo que genera memorias imborrables, para toda la vida", dice Linares. "Siento que a veces la gente puede venir de tener un día largo, o una semana cansadora, y buscan un escape en los deportes… Entonces por un rato, durante la semana, puedo ser la persona que les da un momento para relajarse, para sonreír."

Estos dos estadounidenses de origen salvadoreño nunca se olvidan del hecho de que sus voces llegan a los oídos de miles de personas como ellos.

"Siento que tenemos una obligación, que tenemos el honor de ser representantes de los nuestros en un lugar en el que los salvadoreños son una fuerza mayoritaria," dice Romero. "Se siente algo especial, como si tu historia pudiera ser la historia de la próxima persona que llega con su familia aquí desde El Salvador. Ellos pueden crecer viendo fútbol americano, y ser lo mismo que somos nosotros."

Juntos, están haciendo que sus comunidades estén orgullosas y esperan que su ética laboral, pasión y dedicación a la profesión en el que son un ejemplo se amplifique hasta llegar a las nuevas generaciones.

"El objetivo es que un día, si Juan y yo ya no estamos aquí, hayamos logrado construir algo para que la próxima generación que venga diga, 'Oye, ya tenemos esta base,'" dice Linares. "Yo quiero seguir construyendo este camino."

Para escuchar a Romero y Linares en el día del partido, descarga la aplicación iHeart radio.

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